¿Cómo están compuestos los huesos?

Los huesos son órganos duros, rígidos y resistentes que forman el esqueleto del cuerpo humano. Están compuestos principalmente por tejido óseo, también conocido como tejido conectivo especializado.

El tejido óseo está formado por células óseas, fibras proteicas y sales minerales. Las células óseas incluyen osteoblastos, que son responsables de la formación de hueso nuevo, y osteoclastos, que se encargan de la reabsorción del hueso viejo. Las fibras proteicas presentes en el tejido óseo, como el colágeno, le brindan resistencia y flexibilidad.

Las sales minerales, como el calcio y el fósforo, constituyen aproximadamente el 70% del peso total de los huesos y les proporcionan rigidez y resistencia a la compresión. Estas sales minerales forman cristales de hidroxiapatita, que son depositados en la matriz ósea y le dan su dureza característica.

Además del tejido óseo, los huesos también contienen otros elementos importantes. Por ejemplo, la médula ósea se encuentra en el interior de los huesos largos y es responsable de la producción de células sanguíneas. También hay vasos sanguíneos que proporcionan nutrientes y oxígeno a las células óseas.

Los huesos se dividen en dos partes principales: la diáfisis y las epífisis. La diáfisis es la parte larga y cilíndrica del hueso, mientras que las epífisis son los extremos ensanchados. En el interior de los huesos largos se encuentra la médula ósea, que puede ser tanto roja como amarilla.

En resumen, los huesos están compuestos por tejido óseo, que incluye células óseas, fibras proteicas y sales minerales. También contienen médula ósea, vasos sanguíneos y se dividen en diáfisis y epífisis. Estos componentes trabajan juntos para proporcionar soporte estructural, protección de órganos y producción de células sanguíneas.