¿Cómo se explica el movimiento de las placas?

El movimiento de las placas tectónicas es una de las fuerzas más poderosas que da forma a la Tierra. Aunque los humanos no pueden sentir el movimiento directamente, la tectónica de placas ha causado algunos de los eventos más dramáticos en la historia de la Tierra. Terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y la creación de montañas son solo algunos ejemplos.

El movimiento de las placas se produce por la acción de convección del manto terrestre. El manto es el segundo de los tres principales componentes en que se divide la Tierra, después de la corteza y antes del núcleo. Por acción de las altas temperaturas y las presiones, el manto se encuentra en un estado de flujo, en el que el material más caliente asciende hacia la superficie y el material más frío desciende hacia el centro. Este movimiento convectivo del manto arrastra consigo las placas tectónicas, creando una compleja red de fronteras y haciendo que las placas se muevan a una velocidad promedio de unos pocos centímetros por año.

Los bordes de las placas pueden moverse de tres maneras diferentes: divergencia, convergencia y transformación. En un borde divergente, las placas se separan, creando una abertura a lo largo de la cual sale el magma del manto, formando así una nueva corteza continental. En un borde convergente, las placas se mueven hacia el otro y una subduce bajo la otra, creando una zona de subducción donde se materializan numerosos terremotos y volcanes. En un borde de transformación, las placas se mueven horizontalmente, generando una liberación repentina de energía que se convierte en un terremoto, como el de San Francisco en 1906.